martes, 13 de marzo de 2012

PUMAS, SERPIENTES, ALACRANES… ¿EN EL ZOOLÓGICO DE LA PLATA CONTROLARÁN QUE NO ESCAPEN LAS HORMIGAS?

por Carlos Estrada*
En Pilar, provincia de Buenos Aires, hace menos de una semana comenzó la búsqueda de una serpiente Pitón de 6 metros (sic), según alerta de vecinos que vieron al reptil.
No deberían dar manija a historias un 15% creíbles que usarían para distraer a la ciudadanía honesta de actos impunes y posible corrupción en altos niveles.
Con lo del puma "fantasma" pasaría lo mismo, van a continuar con estas obras teatrales de turbia esencia, INCLUSO ALGÚN INESCRUPULOSO PODRÍA PLANTAR PRUEBAS y las autoridades -muchas a sabiendas del circo- correrán a “perseguir” fauna una y otra vez si en el medio hay inquietas cámaras de TV.
Enormes serpientes son vendidas en comercios céntricos de Capital Federal como procedentes de "criaderos autorizados" por la Dirección Nacional de Fauna y he observado especies arrancadas ilegalmente de nuestro patrimonio natural por falta control.
El país vive momentos difíciles y el vacío legal ha llegado a tal extremo que hace imposible que un juez penal impulse incautaciones efectivas de ejemplares del mercado negro internacional que están en manos de comerciantes intocables.
Más allá de cualquier farsa en estas reiteradas “fugas” de animalitos, es necesario prohibir con firmeza la tenencia en cautiverio de arácnidos, serpientes, pumas, zorros, coatíes, yacarés, monos, lagartos, jilgueros, tucanes, halcones, lechuzas, teros, águilas, flamencos rosados, cisnes de cuello negro, loros de colores, cardenales amarillos y de copete rojo, corbatitas, etc., controlar con seriedad el tráfico ilícito interprovincial con policías honestos y las fronteras con fuerzas de seguridad insobornables (perdón por pedir demasiado); que las autoridades nacionales y provinciales de Fauna se pongan las pilas y recorran “bicherías”, pajarerías, veterinarias, cotos de caza, “criaderos”, laboratorios, serpentarios, circos, zoológicos privados y oficiales y no den tregua a los cazadores furtivos, contrabandistas, transportistas cómplices y acopiadores; lo mismo con industrias del cuero y peleterías manejadas por influyentes que reciben grandes partidas negociables de pieles de especies protegidas (“protegidas” en teoría), y pronto el fácil “mascotismo” desaparecerá, no venderán tantas botas, cinturones, carteras y sacones confeccionados con cueros de procedencia ilegal y Argentina comenzará a cumplir los tratados internacionales firmados que tanto permite vulnerar.
CARLOS ESTRADA
* periodista de investigación y proteccionista independiente de fauna salvaje con documentada trayectoria pública desde 1970.
Buenos Aires, 11 de marzo de 2012.

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