viernes, 17 de diciembre de 2010

OTRA DENUNCIA POR LA SITUACIÓN DE LA GRANJA LA ESMERALDA


Martín Berro trabajó durante 5 años en el serpentario. Además de afirmar que las condiciones de la granja no son las adecuadas para mantener animales en cautiverio, dijo que es “un gran depósito judicial de fauna silvestre, de animales que son incautados o donados por la gente”.
Fecha: 16-12-2010.

A casi dos meses de que fuentes allegadas a la Granja La Esmeralda denunciaran la muerte de animales y el poco mantenimiento del lugar, Martín Berro, un joven de 24 años que hasta mayo de este año se desempeñó como voluntario, se sumó a las acusaciones.

“Ingresé en la Estación Zoológica Experimental en el año 2005, en el marco de una pasantía escolar. Luego, y porque mi elección universitaria tuvo que ver con los animales y además siento una gran pasión por las especies silvestres en particular, continué trabajando ad honorem hasta mayo de este año”, dijo a manera de presentación el estudiante de Ciencias Veterinarias que actualmente cursa el 3º año de la carrera. Sobre el motivo de su desvinculación, refirió que fue una decisión de las autoridades provinciales. (Ver El dato).

Aunque su área específica dentro de la granja era el serpentario, Martín Berro aseguró tener motivos para definir a la Granja La Esmeralda como “un gran depósito judicial de fauna silvestre, de animales que son incautados o donados por la gente”.

“La muerte de animales y el poco mantenimiento no es de ahora. Todas las gestiones que fueron pasando a lo largo de 20 años demostraron escaso interés por mantener la granja en buenas condiciones, por lo que su realidad actual no debe sorprender a nadie. Hace años que no se hacen obras de infraestructura, que no se mejoran las jaulas...”, dijo. Y agregó: “Otro problema, no menor, es la falta de personal: el que era de planta se fue jubilando y no se fue reincorporando gente. El personal que hoy tiene la granja consta de 3 bicheros y 3 veterinarios”.

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